Ola polar: cómo te podes proteger de este frío invernal

El abrigo es fundamental pero hay otros hábitos que podés adquirir para afrontarlo. Opina el Dr. Claudio Santa María.
«Lo principal es estar bien abrigados. Lo que conviene es la técnica que llamamos ‘capas de cebolla’ en la que se usa ropa térmica como camisetas y calzoncillos largos; arriba, camisas, pantalones o poleras gruesas y arriba abrigos que puedan sacarse con facilidad en ambientes cerrados», explicó el Dr. Claudio Santa María, rector de la Fundación Instituto Superior de Ciencias de la Salud, a CONBIENESTAR. Además, sostuvo que lo que mejor es el uso de prendas de algodón «porque absorbe la transpiración».
En la misma línea, sugirió «una buena cobertura de los pies mediante una plantilla o incluso papel de diario» entre el pie y la media como un «aislante eficaz para mantener el calor corporal». Y al salir, tener bien cubiertas las orejas con un gorro y tanto la boca como la nariz con una bufanda.
A eso, se le debe sumar una buena respiración para alejar gérmenes propios de la época. «Siempre hay que acordarse de respirar por la nariz, que tiene tres elementos fundamentales: asilias, que son los pelitos que filtran el polvo; vasos sanguíneos que actúan como una losa radiante para que el aire que aspiramos a 0º llega a los pulmones a 37º y secreciones para barrer bacterias», aseguró.
Contrariamente, avisó que si se respira por la boca «el aire ingresa directamente a la faringe, luego a la laringe y eso hace que el aire llegue frío y te quedes sin voz». Y aunque esa es una manera eficaz de prevenir problemas respiratorios y del habla, recordó que la mejor forma de evitar diferentes patologías como la neumonía es la «vacunación», sobre todo en los grupos de riesgo. Los niños, las mujeres embarazadas y las personas de más de 65 años son quienes más la necesitan.
 

Cómo protegerse ante la ola polar

  • Buen abrigo. Básico y primordial. Ropa térmica y camperas gruesas son fundamentales. Buena cobertura de los pies mediante plantillas o papel de diario que actúen como aislante. Gorros que cubran las orejas y bufanda para nariz y boca no pueden faltar.
  • Correcta higiene. Es muy importante el lavado de manos con agua y jabón durante al menos 30 segundos, «el equivalente a cantar dos veces el feliz cumpleaños», comparó Santa María. Este hábito es de suma importancia ya que por las manos, si se tose mal (anteponiendo la mano en lugar del codo, como piden los especialistas), se pueden transmitir gérmenes al tocar el picaporte de una puerta, el pasamanos de un tren o la computadora del trabajo que luego usará otra persona. Recomendó sumarlo también al llegar a casa desde el exterior, antes y después de preparar los alimentos o de ir al baño, y tras cambiar a un bebé.
  • Actividad física. Es importante, al menos caminar, ya que el ejercicio ayuda a entrar en calor, mantiene el peso corporal y se evita el sedentarismo característico de las épocas del frío en las que no sobran las ganas de salir. Moverse en lugares cubiertos puede ser una buena opción para no sufrir las inclemencias del clima ni cambios bruscos de temperatura,como así también hacer un buen precalentamiento y utilizar la ropa adecuada.
  • Revisar la calefacción. Durante el invierno aumentan mucho las intoxicaciones por monóxido de carbono. Por eso, Santa María recomendó revisar las estufas y chequear «que tienen que tener una llama azul, nunca naranja o roja» porque eso significaría «que está produciendo monóxido».
  • Buena ventilación. Lo ideal es tener rejillas en la parte inferior de la pared, como así también otra por encima de la ventana, y que estén también en cada ambiente donde haya una estufa de tiro balanceado. Además, abrir puertas y ventanas al menos una vez al día para ventilar la casa.
  • Cuidado con el fuego en chimeneas y la cocina encendida. Ante el uso de leña o carbón, nunca irse a dormir cuando esté prendido. Y no calefaccionar la casa con hornallas porque consume el oxigeno.
  • Preservar el estado de ánimo. El frío hace que el encierro y el estrés propio de una época en la que hay una mayor ausencia de luz pueda generar depresión o lo que se conoce como «trastorno efectivo estacional». Por eso, se recomienda estar en ambientes agradables con temperaturas que vayan desde los 19 a los 23º.
  • Consultar al médico ante síntomas de alerta. Fiebre, temblores, aumento dela hipertensión, irritabilidad, insomnio o sueño en exceso pueden ser indicadores de gripe, neumonía o tos con expectoración. Evitar el cigarrillo y la automedicación.

 
Fuente: CONBIENESTAR
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